sábado, 22 de octubre de 2011

La prepotencia de los servidores públicos

* Señala estudio
La gente con menor categoría (estatus) que ocupa puestos de poder tiende a degradar a los demás, dijo uno de los autores de un estudio realizado sobre el tema.

La investigación clarifica el por qué los oficinistas pueden parecer groseros. El estudio sobre la naturaleza destructiva del poder sin estatus determinó que la combinación de algún grado de autoridad y una categoría percibida como baja puede resultar tóxica.
"Encontramos que las personas que tenían un alto grado de poder y una categoría alta, eran muy agradables", dijo uno de los investigadores. "Pero fue la gente que tenía poder y con falta de estatus la que utilizó su poder para exigir a otras personas involucrarse a través de comportamientos humillantes".
En un campo de estudio en el que ahora psicólogos y escuelas de negocios están conjuntamente buscando la forma del cómo el poder determina las relaciones de negocios, los autores del estudio examinaron las ideas sobre cómo la categoría baja es "amenazante y mala" y cómo el poder "libera a las personas para cumplir sus estados internos y sentimientos", señalan los investigadores.
La comprensión de las combinaciones del poder y el estatus ofrece ideas clave sobre las causas del comportamiento destructivo y humillante, dice el estudio.
Los investigadores realizaron experimentos con estudiantes a quienes les fueron asignados aleatoriamente una alta categoría bajo el papel de "productores de ideas o una baja categoría bajo el papel de trabajador".
A los estudiantes se les pidió seleccionar de una lista de 10 actividades para que los otros las desempeñaran. Cinco de las órdenes más humillantes fueron: Decir "soy un mugroso", en cinco ocasiones; decir “no soy valioso”, también cinco veces; ladrar como un perro, en tres ocasiones; declarar tres rasgos personales negativos y contar hacia atrás desde el número 500, añadiéndole siete números a cada uno.
Las cinco actividades menos humillantes fueron: Escribir un breve ensayo sobre sus experiencias de hoy, decir una broma jocosa, aplaudir 50 veces, hacer cinco lagartijas, y saltar 10 veces en una sola pierna, señaló el estudio.
La investigación encontró que "los individuos con papeles de alto poder y baja categoría eligieron actividades más humillantes para sus socios (por ejemplo, ladrar como un perro, decir que "soy un mugroso") que los que eligieron aquellos con cualquier otra combinación de los papeles de poder y categoría".
"Nuestros hallazgos señalan que la experiencia de tener poder sin categoría, ya sea como miembro del ejército o como un estudiante universitario que participa en un experimento, puede ser un catalizador para la producción de comportamientos humillantes que pueden destruir relaciones y obstaculizar  la buena voluntad", advirtió el estudio.