miércoles, 21 de septiembre de 2011

AZÚCAR BLANCA

* DROGA, VENENO Y LADRÓN QUE HOY CONTAMINA LA MAYORÍA DE LOS ALIMENTOS
Por millares de años el ser humano satisfizo el gusto por el sabor dulce con fruta fresca, fruta seca y miel. Todos los alimentos naturales no contienen sólo azúcares, sino también vitaminas, minerales, enzimas, ácidos orgánicos, proteínas, agua, etc.
Sin embargo hoy, la sacarosa contenida en el jugo de la caña de azúcar refinada y cristalizada, ha desplazado a las fuentes naturales de azúcares y es utilizada en enormes cantidades en infinidad de procesos industriales.

Dice el Dr. Bruker, investigador alemán: "Mi experiencia de decenios investigando sobre el azúcar blanco me permiten concluir que esta sustancia es capaz de crear adicción, del mismo grado que las drogas como la nicotina, el alcohol y el café. Estudios en Estados Unidos lo demuestran, pero no se han hecho públicos por motivos económicos".

Como toda droga, el azúcar blanca, además de no beneficiar al organismo ni aportar ningún elemento nutritivo y vital, resulta altamente dañoso. Es un verdadero peligro para la salud pública, por ser fuente directa o indirecta de muchos padecimientos "modernos": caries dental, acidificación de la sangre, descalcificación, arteriosclerosis, infarto de miocardio, diabetes, obesidad, acné, úlcera de estómago, colesterol, tensión nerviosa, problemas de circulación, hiperexcitabilidad, degeneración hepática…

Lo que hoy conocemos como azúcar poco tiene que ver con la planta original. Se trata sólo de sacarosa "purísima", libre de impurezas, vitaminas, minerales, enzimas y todo elemento vital.

O sea, una sustancia química completamente artificializada. Una vez ingerida y a diferencia de cualquier otro alimento se transforma completamente en energía. Es decir que aporta calorías vacías. Como otras sustancias químicas puras, la sacarosa excita el organismo con su carga energética inmediata, pero lo enerva y debilita, haciendo trabajar en vacío todo el aparato metabólico.

Pero lo más grave es que para su metabolización el cuerpo debe emplear reservas de vitaminas, proteínas y minerales, empobreciéndose.

Las investigaciones –poco difundidas por cierto– indican que no solo el abuso, sino el simple uso de esta sacarosa pura, predispone el organismo a las modernas enfermedades de la civilización. Indígenas de África y Asia cuando consumen azúcar refinado sufren las mismas enfermedades de los occidentales más golosos y dependientes del azúcar.

Sin embargo en estudios hechos en Sudáfrica sobre muestras de orina de 2 mil trabajadores de plantaciones de caña de azúcar, no se hallaron trazas de glucosa pese a que en promedio mascaban 2 kg. diarios de caña, o sea unos 350 g. de azúcar. La explicación: mientras la caña mascada es un alimento natural y relativamente completo, el azúcar refinado es un producto extraño y nocivo para el organismo. Otras investigaciones en África e India muestran que la diabetes es desconocida en pueblos que no incluyen carbohidratos refinados en su dieta.

El azúcar blanco resulta particularmente nocivo para los niños, los ancianos y las mujeres, ya que roba del organismo calcio y sales minerales (sobre todo cromo). Esto sucede pues la sacarosa se une al calcio presente en la sangre, formando sucrato de calcio que se elimina por intestinos y riñones. También roba vitaminas y enzimas para poder convertirse en glucosa y levulosa.

Detallados estudios muestran que cada vez que ingerimos sacarosa, para su metabolización agotamos reservas orgánicas de preciosos aminoácidos, de vitamina B5, B6 y B12, vitamina PP (niacina) y minerales.